diumenge, 7 d’octubre del 2012

Ultra-Trail Cavalls del Vent 2012.

S'ha escrit moltíssim sobre aquest Ultra-Trail que es va córrer el cap de setmana del 29-30 de Setembre. Sota el meu punt de vista, el que va esdevenir al Parc Cadí-Moixeró es pot diferenciar en dues parts ben clares:

Una primera part dedicada a l'èlit, als millors corredors del món que es van donar cità allà de la mà de Salomon. La batalla va ser memorable i vaig tenir la sort de poder-la seguir per les xarxes socials, donat que va ploure tot el dia i vam sortir més aviat poc.

La victoria final de Jornet per davant d'un inmens Kupricka i del jove Dakota Jones, va oferir-nos un podi de luxe. També la catalana Núria Picas va creuar la meta en primera posició amb la estelada entre les mans i per davant d'Anna Frost en categoria femenina.

La segona part és la dedicada als ultrarunners amateurs. A molts amics meus que van anar als Cavalls del Vent amb molta il.lusió i que van patir el pitjor dia de fred, pluja i neu en mesos. Amb tots els que he parlat m'han transmés fidelment la duresa del tram que van recórrer i les males condicions que van patir. A cap el vaig sentir criticar l'organització.

Però la mort de Teresa Farriol va ser un cop molt dur que mai t'esperes i que la inmensa majoria ja vam saber a l'endemà en aixecar-nos i anar a mirar les classificacions. Una persona molt preparada, intel.ligent i responsable ens va deixar fent el que més li agradava. Potser alguns diran que ha mort molt jove, però estic convençut que ella haurà viscut molt més en els seus 48 anys de vida que molta gent en bastants més anys. Descansi en pau.

També he llegit diversos blogs de corredors que hi van pujar i van abandonar. M'han agradat sobre tot aquest, doncs expressa perfectament el que pensem molts corredors populars: "Cavalls del Vent 2012: saber dejarlo".

Per acabar amb el tema Cavalls del Vent 2012, us enganxo una entrevista (en castellà) feta a en Tòfol Castanyer per EL PERIODICO, qui també va haver d'abandonar per hipotèrmia. 
Corredors com aquest són un exemple pels que tenim una vida com la seva (fills, feina, responsilitats diàries) i que no sense esforç integrem els entrenaments i les curses dintre el nostre dia a dia.

ENTREVISTA A TÒFOL CASTANYER:

Padre de un niño y una niña de 2 y 5 años, y trabajador de ocho horas diarias en una empresa familiar en Sóller (Mallorca). Tòfol Castanyer, a sus 40 años y con una vida corriente, es uno de los mejores corredores de trail gracias a una gran disciplina de entreno. Fue campeón del mundo de carreras de montaña en el 2010 y hace un mes ganó la CCC, la mitad de la vuelta al Mont-Blanc. En la Cavalls del Vent, sin embargo, la montaña le dio un buen revolcón cuando iba líder. 

—Tuvo que dejarlo, ¿qué pasó? —En el kilómetro 27 pedí unos guantes. Casi no podía mover las manos y estaba helado. A partir de ahí, la sensación de frío no hizo más que aumentar. Le dije a Kilian que tirara, que yo no podía seguirle. Empecé a correr de manera extraña, sin técnica alguna. Sabía que en Prat d’Aguiló tenía camiseta y pantalones secos y solo pensaba en cambiarme y tirar. La verdad es que tengo ciertas lagunas de mi llegada al refugio. Me tomaron la temperatura y estaba a 33,4 grados. Me taparon con mantas pero seguía bajando. Llegué a 32º y me pusieron suero. Ahí se acabó la Cavalls del Vent para mí. 

—Un susto de esta magnitud no debió de dejarle indiferente... —No. Llegué en condiciones muy delicadas al refugio. Cometí dos errores que no se volverán a repetir. Por un lado, en algún control no comí ni bebí lo suficiente. Quizá pensé que al ir mojado podía hidratarme menos. De hecho, sucedió lo contrario. Empecé a quemar reservas de mi cuerpo para mantener la temperatura y me vacié. Me ha hecho pensar en el límite, creo que lo tuve muy cerca. 

—¿Ha aprendido alguna lección? 
—A veces no damos la suficiente importancia al medio en el que corremos. La montaña no es matemática, quizá olvidé que es imprevisible. Y a veces llevamos demasiado al extremo lo de correr con el mínimo peso posible. 
—En el motociclismo suele decirse que el corredor con hijos pierde unas décimas por vuelta. ¿Pasa lo mismo con el ultrafondo? —No lo había pensado, pero sí es verdad que tienes un plus de responsabilidad. Cuando te pasa esto lo primero en lo que piensas es en tu mujer y tus hijos. En las redes sociales ya se hablaba de mi abandono a la una del mediodía, pero hasta las cinco de la tarde no pude hablar con ellos. 

—¿Qué le dijeron? —Recuerdo bien la conversación con Toni, mi hijo de 5 años. Me preguntó si me había caído corriendo. Le dije que no, que había abandonado por el frío. ‘Hombre, papá, ¿por el frío dejas la carrera?’. Me puse a reír cuando todavía llevaba la vía de suero puesta en la mano izquierda. 
—¿Ha sido su reto más exigente? —Ha sido sin duda la carrera más dura de mi carrera deportiva. Y no solo eso: marca un antes y un después. Me hará pensar mucho cara a futuras competiciones. Si hay la mínima opción de tormenta, la montaña no me volverá a coger sin la ropa y la alimentación necesarias. Las condiciones fueron inesperadas, pero eso no debe ser excusa para todos los que, como yo, tuvieron que retirarse con síntomas de hipotermia. 

—¿Le quedan ganas de volver? —Sin duda, seguro que volveré. El ambientillo de la plaza de Bagà antes de salir, la meta con gente recibiendo a familiares y amigos hasta la madrugada..., esto es increíble. 

—¿Por qué enganchan tanto las pruebas de ultrafondo? 
—Te das cuenta de que tu cuerpo tiene una resistencia brutal. Eso te hace sentir libre. Te hace sentir vivo.